ATENTAMENTE / ÁNGEL COMPAIRÉ 
15.NOV.- 28.DIC.2019

RUMIACIONES DE ÁC


Me había parecido que mugía una vaca, cerca. Atención…
No sé, está todo oscuro, y estoy tratando de ver
lo que está por esta parte, que me parece no se parecerá nada
a lo que estaba en la parte anterior, por la que venía yo.
Pero sé cómo mugen las vacas, no me hace falta ver,
lo he oído por la radio, o por la televisión, lo recuerdo bien,
y además, yo soy un artista.
Ese sonido está guardado en alguna parte del tejido convoluto
de mi artística cabeza, mis neuronas rosa mosqueta
no me dejan engañarme, me mantienen atento a mi relativo
de lugar y pensamiento artístico. Sensaciones. Experiencias,
o como experiencias reales, o experiencias reales del artista
que el que sólo mira o escucha o ve o siente sin arte
las percibe como reales, o… bueno. Ya se sabe que no se sabe,
sé que no sé. Ahora que estoy quieto, parado, de pie,
parece que se enciende una luz en alguna parte, una luz tenue,
quizá soy yo mismo que me enciendo y veo cosas planas
sobre las paredes, cosas con algún relieve, por un momento
me han parecido cosas quemadas, o chamuscadas, manchadas
de quemor o de chamuscor. Pero no, lo que percibo es quemidad,
quemidad pura. Como cuando veo un vaso de agua pintado tan
fotograficamente tan perfectamente que antes de vomitar me
lo bebo y se me pasa el mal rato de esa agüidad artística
irreal que pretende ser real, qué pretensión.

Son cosas trabajo, estas que veo ahora son trabajo frotado,
frotaciones y soliloquios de las cosas de ÁC.
Sus rumiaciones, lo sé, las he reconocido enseguida.
Tomo notas en un silla hiperrealista que es igual que las
sillas reales. Me siento tomando notas, como notas, me siento
de sentarme y de sentirme hiperreal. Todos los colores que
tienen estas como cosas vienen de la misma fuente, no están
tomados de aquí y de allí y de allá y acullá, no.
Todos vienen de la misma canilla. Es una canilla de soleras,
colores de albariza, tostados… ¡Eso!: No están quemados,
están tostados. Cafés brandys ron sopletes cerillas
y puntillas de brea. Y mis rosa mosqueta me traen a Blaise
Cendrars al pensamiento. Resuenan hachazos.
Cuando conocí a ÁC era yo un OC tan joven como él y no sabía
el valor de las cosas, pero él sí sabía. Ahora que soy viejo,
tampoco, pero me doy cuenta, por eso tomo como notas sentado.
Eso que veo que ocupa parte de toda una pared muy larga
con bifurcaciones son rumiaciones artísticas, soliloquios
de ÁC solo (solitario), sólo son cosas suyas hiperreales, como
reales para nosotros. Porque los artistas perdemos enseguida
la mensurabilidad de lo que hacemos, y nos pasamos la vida
haciendo cosas que nadie nos ha pedido que hagamos.
Y ahí están las de ÁC. Mil años de rumiaciones. Lo sé,
tienen la pátina de la belleza de los soliloquios
y llevan siendo así mil años, por lo menos.

Octavio Cólis Aguirre


Fotos obra: Carmelo Argaiz 

Fotos: Alba Sáenz de la Cuesta

C/ BERATÚA 39/41
LOGROÑO LA RIOJA

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