EN TRÁNSITO / OCTAVIO COLIS
21.DIC.18- 02.FEB.2019

Como colofón a un año pleno de actividad, La Lonja propone un fin de ciclo reflexivo a la manera de un minuto de silencio, a través de la obra de un buen amigo, Octavio Colis artista riojano bien conocido y apreciado tanto dentro como allende de nuestras fronteras. Octavio desembarca en nuestro espacio con un proyecto comprometido con su tiempo que inició allá por el año 2003 en la batida por los vientos atlánticos, Isla Graciosa, y que continuó posteriormente en tierra firme a caballo entre Madrid y la toledana villa de Méntrida donde tiene actualmente su taller.

Algo viejo y algo nuevo se entremezclan, al hilo del preámbulo que nos trae a colación el ruido del viento, el rumor de la canción universal por la supervivencia del ser humano en pinturas, dibujos y cuadernos.

Esta propuesta desarrolla nuevos enfoques, y se incluyen diferentes trabajos de reciente factura acerca de una modalidad de viaje contemporánea a vida o muerte, que se ha convertido en un tema de creciente preocupación social y política: el irresoluble problema de la migración, nueva epopeya moderna, o tal vez siniestra hierogamia sacrificial, caprichoso pago de los países al otro lado de la línea en pos de la integración en nuestra moderna sociedad capitalista. Si bien en la antigüedad los esclavos eran secuestrados de sus hogares, en nuestro siglo, los aspirantes a la explotación se pagan el viaje de su propio bolsillo, cruel paradoja para la que nosotros desde nuestros modestos medios no encontramos solución.

De hecho la propuesta de Colis no se centra en disquisiciones de tal volumen sino en ser testimonio del trance del viaje, hacer patente la deshumanización, el viaje alienante que convierte personas en bultos, mercancías sin nombre y sin valor. Reconstruye minuciosamente cada instante del periplo sin una lógica secuencial temporal, de hecho trasciende el valor del momento íntimo, no hay principio ni final todo se confunde, todo se repite. La madrugada, el silencio, la soledad en la inmensidad del mar, la luna, el non site donde la vida no tiene oportunidad, la desolada naturaleza se convierte en involuntario espacio para el crimen que si bien no tiene la culpa de lo que acontece, tampoco ayuda. Todo forma parte de un ciclo, el viajero se convierte en náufrago y el náufrago en parte del paisaje.

Octavio es un buen tejedor de emociones y no por nada la urdimbre que está metódicamente representada en la construcción de sus imágenes, evoca la impronta transhumana del ojo vigilante de las cámaras de forma analógica donde la geometría pixelada impide premeditadamente distinguir un rasgo de humanidad en los personajes representados, la trama nos preserva intencionadamente de la tragedia, los hombres aparecen diminutos, integrados en el paisaje, no hay espacio para el sentimiento...tal vez sí.

 

 

Texto: Jose Mº Lema

Fotografías: Carmelo Argáiz

C/ BERATÚA 39/41
LOGROÑO LA RIOJA

MIÉR.-VIER.19H-21H
SÁB.11.30H-13.30H